Creo que un buen amigo debe saber escuchar. Creo que cuando alguien tiene problemas es eso lo que busca: alguien quien lo escuche. Tal vez por eso hay gente que busca a algún extraño para contarle sus problemas, a alguien que se limite a estar ahí mientras ellos hablan y hablan de personas y sucesos desconocidos para el oyente. Hay quienes prefieren a un buen amigo para esto pues necesitan tener la confianza para hablarlo sin prejuicios.
Creo que mientras hablamos (o escribimos) reflexionamos y analizamos nuestras palabras, ordenando nuestras ideas y, en el caso de los problemas, encontrando la solución u opción más viable en la mayoría de los casos, o nos damos cuenta de que no son tan graves.
Por creer esto he perdido a varios “amigos” que preferían a alguien que replicara, que diera su opinión aunque estuviera alejada de la realidad. Decían buscar a alguien que los regañara por las “tonterías” que hacían. Pienso que si ya saben que están haciendo algo mal, buscar a alguien que se los ratifique representa falta de madurez, de decisión y de autonomía. Me dejé perder esas “amistades” pues cuando yo necesité de alguien que me escuchara ellos no supieron hacerlo. Entendí entonces que ellos no eran buenos amigos y decidí dejar de considerarlos como tales.
Uno de mis amigos actuales (...) recientemente me pidió que lo escuchara, como en varias ocasiones anteriores. Al terminar me pidió un consejo. No supe que decir. Realmente me puso en un aprieto. Me siento capacitado para aconsejarlo pues es un tema que conozco, con personajes y sucesos que me son familiares, tanto que podría escribir una novela o hacer una película al respecto (con banda sonora y efectos de sonido). Sin embargo le tuve que pedir tiempo para pensar en el consejo. Solo pude concluir la conversación con un largo y melancólico ay amigo… No fue necesario más pues entendió el mensaje oculto en esa expresión, según me lo hizo notar.
Más tarde nos vimos y me platicó con más detalle, le di el consejo que estuve puliendo por casi seis horas y nos dimos cuenta (creo que los dos) que no fue necesario pues él ya había llegado a una conclusión similar… mientras lo expresaba de alguna forma, supongo.
Llego entonces a la conclusión que los primeros dos párrafos no están alejados de la realidad.
Creo que mientras hablamos (o escribimos) reflexionamos y analizamos nuestras palabras, ordenando nuestras ideas y, en el caso de los problemas, encontrando la solución u opción más viable en la mayoría de los casos, o nos damos cuenta de que no son tan graves.
Por creer esto he perdido a varios “amigos” que preferían a alguien que replicara, que diera su opinión aunque estuviera alejada de la realidad. Decían buscar a alguien que los regañara por las “tonterías” que hacían. Pienso que si ya saben que están haciendo algo mal, buscar a alguien que se los ratifique representa falta de madurez, de decisión y de autonomía. Me dejé perder esas “amistades” pues cuando yo necesité de alguien que me escuchara ellos no supieron hacerlo. Entendí entonces que ellos no eran buenos amigos y decidí dejar de considerarlos como tales.
Uno de mis amigos actuales (...) recientemente me pidió que lo escuchara, como en varias ocasiones anteriores. Al terminar me pidió un consejo. No supe que decir. Realmente me puso en un aprieto. Me siento capacitado para aconsejarlo pues es un tema que conozco, con personajes y sucesos que me son familiares, tanto que podría escribir una novela o hacer una película al respecto (con banda sonora y efectos de sonido). Sin embargo le tuve que pedir tiempo para pensar en el consejo. Solo pude concluir la conversación con un largo y melancólico ay amigo… No fue necesario más pues entendió el mensaje oculto en esa expresión, según me lo hizo notar.
Más tarde nos vimos y me platicó con más detalle, le di el consejo que estuve puliendo por casi seis horas y nos dimos cuenta (creo que los dos) que no fue necesario pues él ya había llegado a una conclusión similar… mientras lo expresaba de alguna forma, supongo.
Llego entonces a la conclusión que los primeros dos párrafos no están alejados de la realidad.
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